"Para arribar a la plenitud del Ser debemos ser fieles tanto al cielo como a la tierra, tanto a la eternidad como al tiempo"
El Yoga integral postula la integración completa y dinámica de la personalidad, para lo cual es necesario actualizar la esencia más profunda de nuestra individualidad, el centro único de expresión creativa del Ser.
Esta integración, sin embargo, tiene lugar a tres niveles diferentes: la integración psicológica, la integración cósmica y la integración existencial.
La integración psicológica.
Esta supone la armonización de todos los conflictos de nuestra personalidad, en particular de aquellos impulsos, fuerzas y necesidades instintivas inconscientes que se contraponen a la voluntad racional de nuestra mente consciente modelada por las fuerzas sociales y culturales propias de la comunidad a la que pertenecemos.
La integración cósmica.
La integración psicológica.
Esta supone la armonización de todos los conflictos de nuestra personalidad, en particular de aquellos impulsos, fuerzas y necesidades instintivas inconscientes que se contraponen a la voluntad racional de nuestra mente consciente modelada por las fuerzas sociales y culturales propias de la comunidad a la que pertenecemos.
La integración cósmica.
Jamás podremos alcanzar la integración plena del psiquismo si ignoramos la relación existente entre éste y la naturaleza, entre la sociedad y el cosmos. El psiquismo y el cosmos representan aspectos inseparables de la misma realidad que no es psiquismo ni cosmos, que no es un yo aislado ni un universo independiente sino un continuo psicocósmico, un yo-en-el-universo o un universo-para- el-yo, Atman-Brahman, (tú-eso o yo-eso).
La integración existencial
Para alcanzar la plenitud total no basta con lograr la integración psicológica y la integración cósmica, sino que también es necesario llegar a descubrir el espíritu de lo eterno del cual derivan tanto el psiquismo como el cosmos. Por más que intentemos convencernos racionalmente de
la necesidad de alcanzar la armonía psiológica, la contradicción entre las diferentes facetas de nuestra personalidad - pasión y razón, instinto e intelecto, emoción y entendimiento, por ejemplo - parece irreconciliable. La razón puede proporcionarnos cierto grado de equilibrio, pero la resolución definitiva de nuestros conflictos mentales es imposible de alcanzar en el plano psicológico. El secreto de la armonía psicológica completa descansa en la actualización de la dimensión atemporal de la existencia. La integración total del psiquismo sólo es posible a la
luz de la experiencia existencial, es decir, la percepción directa e inmediata del sustrato atemporal. Para el logro de la integración psicológica global necesitamos conectar existencialmente con el trasfondo atemporal del Ser.
La integración existencial
Para alcanzar la plenitud total no basta con lograr la integración psicológica y la integración cósmica, sino que también es necesario llegar a descubrir el espíritu de lo eterno del cual derivan tanto el psiquismo como el cosmos. Por más que intentemos convencernos racionalmente de
la necesidad de alcanzar la armonía psiológica, la contradicción entre las diferentes facetas de nuestra personalidad - pasión y razón, instinto e intelecto, emoción y entendimiento, por ejemplo - parece irreconciliable. La razón puede proporcionarnos cierto grado de equilibrio, pero la resolución definitiva de nuestros conflictos mentales es imposible de alcanzar en el plano psicológico. El secreto de la armonía psicológica completa descansa en la actualización de la dimensión atemporal de la existencia. La integración total del psiquismo sólo es posible a la
luz de la experiencia existencial, es decir, la percepción directa e inmediata del sustrato atemporal. Para el logro de la integración psicológica global necesitamos conectar existencialmente con el trasfondo atemporal del Ser.
Haridas Chaudhuri